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Por qué el amor nos altera el cerebro y el corazón

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Un estudio realizado por científicos reveló que produce reacciones químicas similares a las conductas adictivas que traen el alcohol y el tabaco. La pasión tiene un tope de hasta cuatro años y después es reemplazada por "algo más estable".

La llegada del amor produce en el cerebro reacciones químicas similares a las conductas adictivas que traen el alcohol y el tabaco, reveló un estudio realizado
por científicos en Europa y Estados Unidos.

En 2000, dos científicos de Londres seleccionaron a 70 personas que se encontraban en las primeras etapas de enamoramiento y observaron sus cerebros a través de equipos de resonancia magnética.

Así vieron que la sensación de estar enamorado es algo muy parecido a la adicción al alcohol o las drogas, informó hoy el diario Clarín.

Todos los animales se aparean. El sistema más primitivo del cerebro, que tienen hasta los reptiles, sabe que necesita reproducirse. Las tortugas lo hacen pero ponen sus huevos en la arena y luego regresan al mar y nunca más vuelven a ver a su pareja.

El cerebro humano es más complejo, ya que cuenta con sistemas nerviosos adicionales que buscan el romance mientras que otros buscan la comodidad y la compañía y otros simplemente quieren algo temporario.

Con todo, la química entre dos personas no se reduce simplemente a una cuestión de moléculas que se mueven dentro del cerebro. La atracción también se ve condicionada por la historia personal.

Primero tiene lugar la atracción inicial, la "chispa". Luego sobreviene el apasionamiento, el romance, esa magia única que hace que dos personas no puedan dejar de pensar en la otra. El cerebro recurre entonces a todo su arsenal químico para centrar su atención en una persona, dando la espalda a todas las demás.

"La pasión dura por lo menos algunos meses, con un tope de entre dos y cuatro años" asegura el investigador Arthur Aron, psicólogo de la Universidad de Nueva York, en EEUU. Cuando ésta desaparece, es reemplazada por algo más estable, lo que se conoce como compañerismo.

Según un estudio publicado en Psychological Medicine, la gente que acaba de enamorarse tiene niveles de serotonina 40% más bajos que lo normal, al igual que quienes sufren de trastornos obsesivo compulsivos.