domingo

Cómo ayudar a un adolescente a no correr riesgos

Por Jane Brody
De The New York Times para LANACION.com

NUEVA YORK.– ¿Los adolescentes piensan que son inmortales, invulnerables o inmunes a los peligros que los adultos perciben con tanta claridad? ¿O no los reconocen y necesitan que se les recuerde constantemente los riesgos inherentes a actividades como manejar rápido, beber demasiado, tener sexo sin protección o experimentar con drogas?

“Nada de eso”, afirma Valerie F. Reyna, profesora de Desarrollo Humano y Psicología del Colegio Estatal de Ecología Humana de Nueva York, Estados Unidos. Los hechos indican lo contrario. Estudios científicos han mostrado que los adolescentes son muy conscientes de su vulnerabilidad y que, en realidad, sobrestiman sus riesgos de sufrir los efectos negativos de actividades como beber alcohol en exceso o no cuidarse en las relaciones sexuales.

Por ejemplo, un estudio de investigadores de la Universidad de California, San Francisco, halló que los adolescentes sobrestimaban más que los adultos los riesgos de contraer VIH/sida u otra enfermedad de transmisión sexual, o de dar lugar a un embarazo a partir de una sola relación sexual sin protección.

“Hallamos que los adolescentes son muy racionales a la hora de evaluar los riesgos y los beneficios -dijo la doctora Reyna-. Pero cuando hacen eso, la ecuación envía el mensaje de seguir adelante y hacerlo, porque para los adolescentes los beneficios superan a los riesgos."

Por esa razón, la doctora Reyna y Frank Farley, profesor de la Universidad Temple y ex presidente de la Asociación Psicológica Americana, de los Estados Unidos, publicaron nu artículo en la revista Scientific American Reports en el que afirman que los programas tradicionales que apelan a la racionalidad de los adolescentes "están inherentemente errados, no porque los adolescentes fallen en sopesar los riesgos y los beneficios", sino porque "los adolescentes tienden a valorar más los beneficios que los riesgos a la hora de tomar decisiones".

En lo que refiere a la percepción de invulnerabilidad, un estudio nacional sobre 3544 adolescentes realizado una década atrás halló que la estimación de su propio riesgo de morir era mucho mayor entonces que ahora. Debido a que los adolescentes se sienten muy vulnerables, mostrarles fotos o películas de accidentes automovilísticos no ayuda a reducir el que asuman exponerse a esos peligros.

"Ahora ha quedado claro que los programas tradicionales de intervención no ayudan a los adolescentes -escribieron Reyna y Farley-. Aunque los programas subrayan la importancia de percibir el riesgo, las personas jóvenes ya se sienten vulnerables y sobreestiman sus riesgos."

Para Reyna, inundar a los adolescentes con información sobre sus riesgos puede volverse en contra, llevándolos a pensar que comportamientos como el sexo sin protección es en realidad menos peligroso que lo que ellos piensan.

Una nueva estrategia

Basada en lo que ella y otros han aprendido sobre cómo los adolescentes reaccionan ante las elecciones riesgosas, la doctora Reyna, codirectora del Centro de Investigación en Economía del Comportamiento y Decisiones de Cornell, y su colega Charles J. Brainerf están testeando un nuevo abordaje para la prevención de riesgos en los adolescentes.

Reyna explicó que a medida que las personas crecen y se vuelven más experimentadas se vuelven más intuitivas, y una mayor parte de sus decisiones se basan en lo que ella llama "lo esencial", una sensación global de lo cuál es la mejor vía de acción. Este abordaje, en el que "uno ve el bosque y no el árbol", permite a los adultos llegar más rápidamente a una conclusión y, en ese proceso, reducir sus comportamientos peligrosos.

Por ejemplo, mientras que un adolescente quizá consideraría el jugar a la ruleta rusa por un millón de dólares, un adulto normal ni siquiera lo pensaría. Directamente, el adulto sería más propenso a pensar: "¡De ninguna manera! Por ningún monto de dinero vale la pena exponerse a una posibilidad en seis de morir".

"Los jóvenes no lo piensan -dijo Reyna-. No llegan a lo esencial de la situación. Lo esencial se basa en la cultura de cada uno, en su historia y en sus experiencias, y la experiencia es aquello de lo que carecen los adolescentes."

¿Cómo transmitir este concepto de lo esencial? Después de que una mujer que conocí quedó parapléjica tras chocar su auto por esquivar una ardilla, me entrené mentalmente para no frenar ni esquivar en ese tipo de situaciones. Aquí lo esencial es que la vida de una ardilla no vale las posibles consecuencias para mí o para otra persona que haya en el camino.

Del mismo modo, se puede ayudar a chicas adolescentes a resistirse a practicar sexo sin protección a través de un abordaje basado en este concepto de lo esencial al ayudarla a practicar formas de decir "no" y a no preocuparse por si hacerlo pierden a su novio.

Una adolescente de 15 años que ya había tenido un embarazo no deseado y que participó de un programa de intención basado en el concepto de lo esencial lo explicó de la siguiente forma: "Al hablar sobre las diferentes formas de decir "no", yo en realidad las practiqué, lo que me hizo sentir mucho más cómoda. Y a tener confianza. No me siento estúpida al decir "no". E incluso si las personas piensan que soy estúpida, ése es su problema."

Los adolescentes necesitan "practicar y reconocer signos de su medio ambiente que les señalen posibles peligros antes de que sea demasiado tarde para actuar", afirmaron los expertos en un estudio publicado en la revista Psychological Science in the Public Interest.

Al mismo tiempo, Reyna advirtió: "Los adolescentes más jóvenes no aprenden a partir de las consecuencias como si lo hacen los adolescentes tardíos. Así que en vez de confiar en que ellos realizarán elecciones racionales o que aprenderán a partir de sus errores, un abordaje preferible es supervisarlos."

En otras palabras, los adolescentes deben ser protegidos de ellos mismos al evitarles oportunidades de incurrir en situaciones peligrosas. Lo que puede lograrse al ocupar su tiempo con actividades positivas que los alejen de situaciones riesgosas.

Link: http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=974790&origen=premium

jueves

La estimulación magnética cerebral alivia la depresión: estudio

NUEVA YORK (Reuters Health) - La estimulación magnética transcranial (EMT), una técnica no invasiva que envía pulsos eléctricos a través del cráneo para excitar las neuronas, es una terapia sin fármacos, segura y efectiva para la depresión, indicó un estudio.

Las terapias antidepresivas disponibles no le brindan alivio adecuado a por lo menos un tercio de los pacientes.

Varios estudios pequeños demostraron la efectividad de la EMT en el manejo de la depresión, mientras que otras investigaciones obtuvieron resultados contradictorios.

El equipo dirigido por el doctor John P. O'Reardon, de la University of Pennsylvania, en Filadelfia, investigó si entre cuatro y seis semanas de EMT eran seguras y efectivas para tratar a 325 pacientes con depresión grave y sin alivio con terapias antidepresivas previas.

Los pacientes recibieron cinco sesiones semanales de 35 minutos con EMT o una versión inactiva de la EMT.

Después del lapso de cuatro a seis semanas, las tasas de respuesta se habían duplicado con la EMT activa al compararlas con las que se registraban en los pacientes tratados con la versión placebo de la EMT.

La EMT activa estuvo relacionada con un alivio significativo de los síntomas depresivos y una reducción de la severidad clínica de la enfermedad. Los pacientes destacaron tener mejor estado de ánimo y sentimientos en general.

El equipo precisó que pocos pacientes abandonaron el estudio, lo que indica que el tratamiento es tolerable. No hubo muertes, crisis o alteraciones auditivas.

Los autores concluyeron que estos resultados indican que la EMT es una "nueva alternativa" en el tratamiento de la depresión.

FUENTE: Biological Psychiatry, diciembre de 2007

Link: http://consultmedica.blogspot.com/2007/12/la-estimulacin-cerebral-alivia-la.html

miércoles

Por primera vez, logran observar una única neurona en acción

Científicos norteamericanos vieron cómo una de estas células sensibiliza a otras

Fuente: LANACION.com

Una región en el cerebro conocida como el hipocampo controla, ordena y almacena el caudal informativo que pasa por nuestros sentidos cada minuto que estamos despiertos. La gran pregunta para las neurociencias es la que haría un chico de jardín de infantes: ¿cómo?

¿Cómo puede una porción de tejido que contiene una pequeña fracción de las neuronas del cerebro absorber y almacenar tanta información, incluso temporalmente?

Un estudio publicado la semana última en la revista Nature da el primer paso hacia una respuesta, y también expone los métodos más avanzados disponibles para estudiar el cerebro.

Dos investigadores de los Institutos Howard Hughes, en Maryland, no estimularon una célula cerebral, sino una única espina dendrítica, que es uno de los crecimientos similares a pelos que nacen de las ramificaciones de esas células.

Las neuronas se comunican con sus vecinas mediante una "explosión química" que parte desde los extremos de una de esas espinas, cruza a través de un espacio llamado sinapsis y llega hasta el extremo de otra espina en la siguiente célula. Si el "baño químico" es lo suficientemente fuerte, la espina receptora se agranda, lo que refuerza la conexión entre ambas. Este es el proceso básico del aprendizaje.

Pero los investigadores Christopher D. Harvey y Karel Svoboda hallaron algo poco frecuente mientras estimulaban una única espina. No sólo se agrandó este crecimiento del tejido neuronal, sino que también volvió a sus vecinas más sensibles a las señales químicas. De hecho, quedaron en estado de alerta ante cualquier derrame informativo.

Capacidad multiplicada

Para los autores del estudio, el efecto combinado de estas asistentes multiplica la capacidad de toda célula cerebral. Los neurocientíficos elaboraron la teoría de que ese efecto, llamado plasticidad en cúmulos, influiría en la tremenda capacidad que posee el cerebro, aunque nunca lo habían visto en acción.

"La idea tradicional era que cada sinapsis funcionaba de manera independiente y que la fuerza de las conexiones individuales modulaba el almacenamiento de los recuerdos", explicó Harvey, del Laboratorio Cold Spring Harbor, en Long Island.

"Lo que demostramos es que las sinapsis vecinas funcionarían en conjunto, lo que conduce a la idea de que la información se almacenaría en cúmulos, con los datos relacionados concentrados en el mismo «barrio» cerebral", agregó el investigador.

La capacidad de observar una sinapsis en acción es en sí toda una proeza científica. El cerebro humano promedio tiene alrededor de 100.000 millones de neuronas y cerca de mil veces esa cantidad de sinapsis.

Permitido espiar

Para aislar y visualizar una sola sinapsis los científicos utilizaron ratones genéticamente modificados para que sus cerebros pudieran producir una proteína fluorescente que brillaba sólo en ciertas células del hipocampo. Al "espiar" a través de un microscopio de alta potencia una porción de ese tejido, los investigadores pudieron aislar y concentrarse en una única sinapsis.

El equipo usó un láser para producir una "explosión" de glutamato, una sustancia química del cerebro, dentro de la sinapsis. Toda una porción de tejido cerebral quedó empapada en una forma inerte de glutamato y el láser activó la sustancia exactamente en el área en la que se concentraban los investigadores.

En los estudios previos realizados para observar esta comunicación intercelular en acción se utilizó la estimulación eléctrica, que envía un impulso de actividad a través de un conjunto de células vecinas. Esto inhibe los efectos sutiles que ocurren naturalmente.

En el nuevo estudio, "el glutamato llega hasta espinas individuales y relativamente profundas dentro del tejido cerebral, bajo condiciones idénticas" a los procesos del organismo, escribió el doctor Bernardo L. Sabatini, neurobiólogo de la Universidad de Harvard, en un artículo editorial ("Sinapsis vecinas") sobre el estudio.

Tras provocar el disparo en la sinapsis, los investigadores hallaron que los receptores en las células vecinas seguían extremadamente sensibles a la estimulación durante unos 10 minutos. Esto, para Harvey, "tiene sentido", dada toda la información que las personas necesitan procesar rápidamente cuando entran en una habitación desconocida o llegan a una fiesta.

"Una hora o más sería demasiado tiempo -dijo Harvey-. Habría todo tipo de información ingresando en el cerebro... datos sin relación."

Por otro lado, "unos pocos segundos no serían suficientes como para captar algo a lo que se le prestó atención -explicó el coautor del estudio-. Diez minutos parece ser el período más adecuado".

Por Benedict Carey
De The New York Times

Link: http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=973958&origen=premium

lunes

Qué le "dice" su cuerpo cuando se estresa

Fuente: INFOBAE.com

Estudios sostienen que el sometimiento constante a nervios y tensiones por cuestiones laborales, familiares o económicas, genera consecuencias físicas y psíquicas a largo plazo. Los detalles

Los especialistas describen el estrés como una de las tantas respuestas que el organismo improvisa y prepara con el objetivo de hacer frente a determinadas condiciones -por lo general externas aunque también internas- que perturban el equilibrio emocional de la persona.

Caracterizado muchas veces como un deseo de escapar de esas situaciones conflictivas, el estrés que en los últimos años ha ganado notoriedad debido a la gran cantidad de cuadros diagnosticados pero también como consecuencia de su amplio campo de influencia, constituye una reacción de la cual participan prácticamente todos los órganos y funciones del cuerpo.

Uno de los signos que ayuda a tomar conciencia sobre el incremento de los casos de estrés es la cantidad, cada vez mayor, de consultas de niños que, acompañados por sus padres, se acercan al especialista para encontrar las respuestas a síntomas que se presentan en la vida diaria y se manifiestan, por ejemplo, en el bajo rendimiento escolar.

En este sentido, un estudio realizado en roedores y cuyas conclusiones forman parte de la publicación especializada Journal of Neuroscience, demostró que experimentar situaciones de estrés emocional durante la infancia genera un deterioro gradual en la comunicación entre las células cerebrales localizadas en la región conocida como hipocampo, condición que en la adultez provoca el desarrollo de problemas de memoria.

Asimismo, el estrés puede condicionar o agravar enfermedades preexistentes como la diabetes. Con respecto a este punto, el doctor Mauricio Jadzinsky, médico especialista en diabetes y Jefe del Servicio de Nutrición del Hospital Durand, explicó a Pro-Salud News que "el estrés es un agravante de la diabetes una vez que el paciente ya fue diagnosticado, pues este mecanismo regula y desencadena una respuesta hormonal que produce hiperglucemia, es decir, el exceso de azúcar en la sangre. No obstante, no existe una comprobación absoluta en base a la cual se pueda afirmar que el estrés podría desencadenar la diabetes".

Posteriormente, el especialista señaló que "las tres situaciones más estresantes para un paciente diabético, en general, son la muerte de un familiar, la pérdida del trabajo o una mudanza".

Uno de los enemigos de las dietas

Si bien a la hora de comenzar un plan alimentario hay muchos factores en juego, como la voluntad, el estado general de la persona y el entorno, por sólo citar algunos, la realidad es que el estado emocional y más precisamente el hecho de estar atravesando o no situaciones estresantes es fundamental.

Con respecto a la relación entre el estrés y las dietas, Pro-Salud News dialogó con el doctor Alberto Cormillot, médico nutricionista, titular de la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, quien expresó que en el caso de las dietas "el estrés influye agravando o desencadenando situaciones para las que la persona está predispuesta. Por otro lado, no hay que olvidar que el estrés también condiciona otros problemas de salud como el asma o las alergias, mucho más frecuentes últimamente debido a la cantidad cada vez mayor de contaminantes y a la predisposición de la gente a contraerlas".

En cuanto a la posibilidad de caer en "atracones" o "recaídas", el doctor Cormillot indicó que "depende de cada persona y de cómo cada uno se maneja en general, especialmente cómo encara su dieta. La cuestión es hasta dónde llegan los pensamientos limitadores, porque si alguien que está a dieta se permite una licencia, tal vez puede llegar a evitar caer en esa cadena imparable de atracones muy típica de las dietas estrictas. Por eso es fundamental evitar ese tipo de soluciones y recurrir a procedimientos más reales y posibles de realizar".

El cigarrillo y la pareja, otros blancos

Finalmente, es importante hacer hincapié en otros dos puntos que suelen verse afectados por el estrés. Uno es el tabaquismo o, mejor dicho, la necesidad de dejar de fumar; y el otro es la vida de pareja.

Sobre el primer tema, está demostrado que dejar el cigarrillo es una tarea compleja que requiere mucho esfuerzo y trabajo constante y para la cual es fundamental no sólo el apoyo terapéutico y de los amigos y familiares más cercanos, sino también vivir en un ambiente armonioso y confortable que le permita a la persona estar tranquila, sin necesidad de recurrir a vías de escape que le permitan canalizar la ansiedad.

Por su parte, la vida de pareja puede resultar, muchas veces, un foco de conflicto y situaciones en las cuales cada parte desea hacer valer su punto de vista. En esos momentos, según la conclusión del doctor José Eduardo Abadi, médico psiquiatra y psicoanalista, "es necesario no sobredimensionar los problemas y no insistir sobre ellos a fin de evitar conductas agresivas que puedan generar alejamientos e indiferencias que, a la larga, marcan y delimitan espacios de soledad y de angustia".

Link: http://www.infobae.com/contenidos/354717-100935-0-Qu%C3%A9-le-%22dice%22-su-cuerpo-cuando-se-estresa

domingo

¿Infeliz? ¿Autocrítico? Quizás usted sólo sea un perfeccionista

Recientes estudios vinculan el perfeccionismo con la depresión o las adicciones

Fuente: LANACION.com

NUEVA YORK.- Cualquier película de deportes, libro de bolsillo comprado en aeropuerto o cinta de motivación, da unas pocas y rígidas reglas para el éxito. Crea en sí mismo. No tome un no como respuesta. Nunca se dé por vencido. No acepte ser el segundo. Por sobre todo, sea honesto consigo mismo.

Es difícil discutir esas máximas. Parecen evidentes. Si no están escritas en la Constitución, al menos son parte de la marea cultural que inunda todo, desde el discurso dicho en el entretiempo de los encuentros deportivos hasta las conferencias institucionales y las clases de preparación para el test de aptitud escolar.

Sin embargo, unos estudios recientes advierten contra tomar las perogrulladas sobre el éxito con demasiada seriedad. La nueva investigación se centra en un tipo conocido, los perfeccionistas que sienten pánico o a quienes se les queman los fusibles si las cosas no salen bien.

Los hallazgos no sólo confirman que esos puristas a menudo están en riesgo de agotamiento mental -como Freud, Alfred Adler e incontables padres lo han predicho-, sino que sugiere que ese perfeccionismo es una lente valiosa para comprender una variedad de dificultades mentales aparentemente no relacionadas, desde la depresión hasta las conductas compulsivas y la adicción.

Tres tipos de perfeccionistas

Algunos investigadores dividen a los perfeccionistas en tres tipos, basados en las respuestas dadas en cuestionarios estándar: los luchadores orientados hacia sí mismos, que luchan para lograr niveles altos y que parecen estar en peligro de depresión por autocrítica; los fanáticos que se centran en lo externo y que esperan la perfección en los otros y que a menudo arruinan las relaciones, y los desesperados por alcanzar un ideal, que están convencidos de lo que los otros esperan de ellos, un factor de riesgo para el pensamiento suicida y los trastornos alimentarios.

"Es natural que la gente quiera ser perfecta en unas pocas cosas; digamos, en su trabajo; ser un buen editor o un buen cirujano depende de no cometer errores -afirmó Gordon L. Flett, profesor de psicología de la Universidad de York y autor de muchos estudios-. Es cuando esto se generaliza en otras áreas de la vida, el hogar, la apariencia, los hobbies, que se comienza a ver los verdaderos problemas."

Contrariamente a las personas que tienen un diagnóstico psiquiátrico, sin embargo, los perfeccionistas ni luchan contra el estigma ni se consideran a sí mismos algo disfuncionales. Por el contrario, afirmó Alice Provost, asesora de la Universidad de California, que recientemente dirigió un grupo terapéutico para los miembros del personal que luchan contra impulsos perfeccionistas.

"Están muy orgullosos de serlo -agregó-. Y los altos valores de la cultura refuerzan sus actitudes."

Consideremos un estudio reciente realizado por psicólogos de la Universidad Tecnológica de Curtin, Australia, que encontró que el nivel del pensamiento a "todo o nada" predijo lo bien que los perfeccionistas conducen su vida.

Los investigadores hicieron que los 252 participantes llenaran cuestionarios que evaluaban su nivel de acuerdo con 16 afirmaciones del tipo "Pienso de mí como alguien bajo control o fuera de control" y "Yo o me llevo muy bien con la gente o no me llevo para nada".

Los participantes del estudio, cuanta más firmeza demostraban en esa manera de pensar, más probable era que mostraran un tipo de perfeccionismo extremo que puede conducir a problemas de salud mental.

En resumen, hay gente que no sólo absorbe muchas de las máximas para el éxito sino que las toma como absolutas. En algún nivel saben que es posible tener éxito luego de quedarse atrás (construir sobre los errores: otra regla estricta). El problema es que eso también apesta a mediocridad para ellos, decir lo contrario, es torcer el resultado.

Detrás de un ideal imposible

La carga de las expectativas perfeccionistas son demasiado familiares para quienes luchan contra un mal hábito. Quiébrelo sólo una vez, fume una sola vez, tome un solo trago, y en el mejor de los casos es un traspié; en el peor, una recaída, y más a menudo es una caída: un fracaso. Y si usted ya ha caído, bueno, puede ser que se sirva dos o tres más.

Por eso, los expertos han debatido durante mucho tiempo si está bien insistir en la abstinencia total como necesaria en el tratamiento del abuso de drogas. La mayoría de las clínicas de rehabilitación se basan en este principio: o uno está "limpio" o no lo está; no hay un nivel seguro de uso.

Esta posición incuestionablemente funcionó para millones de adictos, pero si los estudios sobre perfeccionistas son una buena guía, también ha perjudicado los esfuerzos de muchos otros.

Provost aseguró que los participantes de su programa a menudo mostraron síntomas de trastorno obsesivo compulsivo, otro riesgo para los perfeccionistas. No podían soportar un escritorio desordenado Encontraban casi imposible dejar un trabajo por la mitad, para hacerlo al día siguiente. Algunos invertían absurdamente largas horas en rehacer una tarea, buscando un ideal que sólo ellos podían ver.

Como experimento, Provost hizo que miembros del grupo abandonaran a propósito, en contra de sus propios instintos. "Esto fue hecho en el contexto del trabajo -afirmó-. Y pareció que eran cosas pequeñas, porque lo que algunos de ellos consideraban un fracaso era lo que la mayoría de la gente consideraría algo sin importancia."

Retírese del trabajo a la hora justa. No llegue temprano. Tómese todos los recreos permitidos. Deje el escritorio en desorden. Permítase una serie de intentos para finalizar un trabajo; luego retome lo que ya tiene.

"Y luego pregúntese: «¿Fui castigado? ¿Continuó funcionando la universidad? ¿Se siente más feliz?» -dijo Provost-. Estaban sorprendidos porque sí; todo continuaba funcionando, y las cosas por las que ellos se preocupaban no eran tan importantes."

Los británicos tienen un dicho para alentar a la gente a mostrar sus habilidades a la vez que se burlan del temor universal al fracaso: hágalo lo peor que pueda.

Si uno no puede tolerar hacer algo mal, al menos de vez en cuando, ¿hasta qué punto puede ser honesto consigo mismo?

Por Benedict Carey
De The New York Times

Traducción: Maria Elena Rey

Link: http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=973524&origen=premium

sábado

¿Es conveniente hacer el balance de fin de año?

Por Valeria Chavez - Infobae.com

Vaya a saber qué clase de tradición es la que "obliga" en esta época a evaluar logros y fracasos. Una psicóloga dijo a Infobae.com que tapar las heridas abiertas aumenta el malestar. Y aconsejó ponerse metas "alcanzables"

Para la licenciada Marcela Barilari, es alguna tradición cultural de corte culpógeno la que hace reafirmar la idea de realizar, cada año que termina, el clásico balance.

Consultada por Infobae.com acerca de qué actitud sería más “sana” de tener frente a las metas no cumplidas, propuso descartar las recetas que promueven el consolador “ya vas a ver, todo va a cambiar”, pasando por el “mezclo y barajo de nuevo”, hasta el –atenta a las clásicas discusiones familiares- “yo largo todo y que se arreglen...”.

“Muchas veces, el termómetro de valores sociales no nos habilitaría a pensar que el cambio positivo está próximo, y que existiría otra forma de festejar el fin de año que no sea la consagración de éxitos o la angustia obligada por lo no logrado”, dijo Barilari, para quien un saludable antídoto para este trago amargo sería “analizar qué coordenadas afectivas guiaron a una familia determinada a soportar de una manera u otra el infortunio, y también de la capacidad de disfrutar de la buena fortuna”.

“Desde luego que no se trata del individualismo a ultranza, sino de ver de qué forma podemos dar curso a nuestros intereses más íntimos, dentro de la comunidad en la que vivimos, y acompañado de nuestros afectos más queridos”, dijo la profesional respecto al cumplimiento de los deseos.

En ese sentido, remarcó el hecho de que es moneda corriente penar el balance en rojo, sin reparar que en el “debe” de la cuenta, es muy grande lo que encontramos: “la no renuncia al camino del deseo y del amor; ya que de esta conjunción depende nuestra salud psíquica”.

¿Proyectar nuestros deseos ayudará a olvidar los dolores?
El querer “taponar” las heridas abiertas no haría más que enardecer el malestar. Recordemos que el sufrimiento, las angustias pasadas y el dolor de las pérdidas no se olvidan; sí podemos ayudar a cicatrizarlas abriéndole paso a las palabras retenidas, animándonos a confesar los miedos que nos acechan, y secando todas las lágrimas que fueran necesarias derramar; y que a veces lleva un tiempito.

Ésa es –para la coordinadora docente del Centro Dos- la clave para no sentirse “frustrado”. Y destacó que “desde la familia o con ayuda profesional, se hace imprescindible alivianar la carga”.

“Una buena alternativa sería andar con una carga liviana; así nos podremos dedicar a proyectar una vida más digna que abarque no sólo lo que debe incluir una buena vida sino además lo que nos debemos”, aseguró.

Respecto a si es factible el cambio, dijo que hay un tema “ineludible”. Y es que cada punto final de cualquier cosa que se trate –estudios, carreras, metas o fines de año- obliga por así decir a ver el tránsito recorrido, dado que es el final de un tramo.

Pero también, debería impulsarnos a mirar por el inicio del siguiente; que por cierto es página en blanco, y con muchos casilleros por cubrir dado que no podríamos predecir el futuro. “El punto es tratar de pensar y decidir -y esto sí depende enteramente de nosotros- cómo querríamos transitar lo que sigue”.

Así es que –aseguró- “si nuestro molde afectivo sólo incluye el todo o nada, el resultado será el consabido ´ganas o pierdes´, arrojando un balance donde la angustia es efectivamente reina”.

Distinto sería, si pudiéramos disponer o bien construir con ayuda de amigos, familia o profesionales, una matriz que reconozca la combinatoria de la vida humana: esto es, que ninguna operatoria del hombre será absoluta; siempre hay un resto que nos causa a seguir y a renovar la apuesta, ya que los fracasos “no debieran llevarnos con ellos”.

Con todo, en el brindis de fin de año tendríamos la oportunidad de apostar a un proyecto sensato (acorde a nuestro mundo circundante), sabiendo que el resultado podrá no ser pleno pero cuyo resto incumplido nos permitirá el año que viene encarar la misma (o no) senda.

A modo de conclusión, Barilari sugirió tener presente el hecho de que “perseguir un objetivo nos procura bienestar, alivio y alegría” y que “tratar de relajar un poco el gusto por la adrenalina a la que también la época a veces nos invita es una apuesta fuerte que podemos autónomamente decidir tramitar”.

Link: http://www.infobae.com/contenidos/355470-600795-0-Es-conveniente-hacer-el-balance-fin-a%C3%B1o

viernes

Entorno de la guardería influye en niveles de actividad de niños

Por Anne Harding

FUENTE: American Journal of Preventive Medicine, enero del 2008

NUEVA YORK (Reuters Health) - Los niños en guarderías que ofrecen muchas oportunidades para hacer ejercicio pasan más tiempo activos, indicó un estudio.

Tener equipos de juego suficientes y tiempo para utilizarlos fueron factores clave en cuán activos eran los niños, como así también el entrenamiento del personal para fomentar la actividad física, halló el equipo dirigido por el doctor Derek P. Hales, de la University of North Carolina, en Chapel Hill.

"Se trata de identificar aquello que disfrutan hacer y reforzar esa conducta, porque los niños quieren jugar", dijo Hales a Reuters Health.

El equipo usó un nuevo sistema de evaluación, el indicador llamado Environment and Policy Assessment and Observation (EPAO), para estudiar el entorno físico de 20 guarderías, el comportamiento y el entrenamiento del personal y las políticas sobre actividad física.

Luego, los autores observaron a los niños de durante dos días.

Los chicos en las guarderías con la calificación EPAO más alta eran más activos y dedicaban menos tiempo a actividades sedentarias que el resto de los pequeños, halló el equipo.

Quienes asistían a guarderías por encima de la media pasaban un 15 por ciento de su tiempo en actividades físicas moderadas a fuertes y el 50 por ciento del tiempo en actividades sedentarias, mientras que los niños en guarderías por debajo de la media estaban activos el 9 por ciento del tiempo y sedentarios, el 61 por ciento.

En las guarderías con alta actividad física, los niños hacían 80 minutos más de ejercicio moderado a fuerte y dedicaban 140 minutos menos al sedentarismo que los niños de guarderías con poca actividad física.

El equipo halló que la disponibilidad de equipos de juego portátil, como aros, pelotas y bicicletas, también estaba relacionada con la cantidad de ejercicio, como así también el tiempo dedicado a hacer actividad, la existencia de juegos fijos, como hamacas y toboganes, y la preparación profesional para fomentar el ejercicio.

"La forma más fácil y menos costosa de aumentar la actividad física sería dar más tiempo para el juego activo, aunque otros aspectos de un entorno de respaldo promoverían el ejercicio", concluyeron los autores.

Link: http://www.buenasalud.com/news/index.cfm?news_id=12906&mode=browse&fromhome=y

miércoles

El cigarrillo mata a 5 millones por año en el mundo

Fuente: INFOBAE.com

Las cifras fueron presentadas por la OMS durante la conferencia de ministros europeos del sector en Roma, según la agencia Ansa.

El tabaco, explicaron, causa más decesos que el alcohol, el sida, las drogas, los accidentes viales, los homicidios y los suicidios en conjunto.

Los expertos destacaron que la lucha contra esa situación es uno de los más "grandes desafíos de salud pública de la historia".

En Italia mueren por el tabaco más de 80 mil por año, si bien las enfermedades correlacionadas son previsibles y se pueden prevenir, precisaron los especialistas.

Por ese motivo, los ministros de Salud reunidos incluyeron prioritariamente las de limitar "la epidemia de humo de tabaco".

Los expertos relanzaron también la alarma relativa al "humo pasivo".

Link: http://www.infobae.com/contenidos/354909-100884-0-El-cigarrillo-mata-5-millones-a%C3%B1o-el-mundo

martes

Qué le "dice" su cuerpo cuando se estresa

Estudios sostienen que el sometimiento constante a nervios y tensiones por cuestiones laborales, familiares o económicas, genera consecuencias físicas y psíquicas a largo plazo. Los detalles

Fuente: INFOBAE.com

Los especialistas describen el estrés como una de las tantas respuestas que el organismo improvisa y prepara con el objetivo de hacer frente a determinadas condiciones -por lo general externas aunque también internas- que perturban el equilibrio emocional de la persona.

Caracterizado muchas veces como un deseo de escapar de esas situaciones conflictivas, el estrés que en los últimos años ha ganado notoriedad debido a la gran cantidad de cuadros diagnosticados pero también como consecuencia de su amplio campo de influencia, constituye una reacción de la cual participan prácticamente todos los órganos y funciones del cuerpo.

Uno de los signos que ayuda a tomar conciencia sobre el incremento de los casos de estrés es la cantidad, cada vez mayor, de consultas de niños que, acompañados por sus padres, se acercan al especialista para encontrar las respuestas a síntomas que se presentan en la vida diaria y se manifiestan, por ejemplo, en el bajo rendimiento escolar.

En este sentido, un estudio realizado en roedores y cuyas conclusiones forman parte de la publicación especializada Journal of Neuroscience, demostró que experimentar situaciones de estrés emocional durante la infancia genera un deterioro gradual en la comunicación entre las células cerebrales localizadas en la región conocida como hipocampo, condición que en la adultez provoca el desarrollo de problemas de memoria.

Asimismo, el estrés puede condicionar o agravar enfermedades preexistentes como la diabetes. Con respecto a este punto, el doctor Mauricio Jadzinsky, médico especialista en diabetes y Jefe del Servicio de Nutrición del Hospital Durand, explicó a Pro-Salud News que "el estrés es un agravante de la diabetes una vez que el paciente ya fue diagnosticado, pues este mecanismo regula y desencadena una respuesta hormonal que produce hiperglucemia, es decir, el exceso de azúcar en la sangre. No obstante, no existe una comprobación absoluta en base a la cual se pueda afirmar que el estrés podría desencadenar la diabetes".

Posteriormente, el especialista señaló que "las tres situaciones más estresantes para un paciente diabético, en general, son la muerte de un familiar, la pérdida del trabajo o una mudanza".

Uno de los enemigos de las dietas

Si bien a la hora de comenzar un plan alimentario hay muchos factores en juego, como la voluntad, el estado general de la persona y el entorno, por sólo citar algunos, la realidad es que el estado emocional y más precisamente el hecho de estar atravesando o no situaciones estresantes es fundamental.

Con respecto a la relación entre el estrés y las dietas, Pro-Salud News dialogó con el doctor Alberto Cormillot, médico nutricionista, titular de la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, quien expresó que en el caso de las dietas "el estrés influye agravando o desencadenando situaciones para las que la persona está predispuesta. Por otro lado, no hay que olvidar que el estrés también condiciona otros problemas de salud como el asma o las alergias, mucho más frecuentes últimamente debido a la cantidad cada vez mayor de contaminantes y a la predisposición de la gente a contraerlas".

En cuanto a la posibilidad de caer en "atracones" o "recaídas", el doctor Cormillot indicó que "depende de cada persona y de cómo cada uno se maneja en general, especialmente cómo encara su dieta. La cuestión es hasta dónde llegan los pensamientos limitadores, porque si alguien que está a dieta se permite una licencia, tal vez puede llegar a evitar caer en esa cadena imparable de atracones muy típica de las dietas estrictas. Por eso es fundamental evitar ese tipo de soluciones y recurrir a procedimientos más reales y posibles de realizar".

El cigarrillo y la pareja, otros blancos

Finalmente, es importante hacer hincapié en otros dos puntos que suelen verse afectados por el estrés. Uno es el tabaquismo o, mejor dicho, la necesidad de dejar de fumar; y el otro es la vida de pareja.

Sobre el primer tema, está demostrado que dejar el cigarrillo es una tarea compleja que requiere mucho esfuerzo y trabajo constante y para la cual es fundamental no sólo el apoyo terapéutico y de los amigos y familiares más cercanos, sino también vivir en un ambiente armonioso y confortable que le permita a la persona estar tranquila, sin necesidad de recurrir a vías de escape que le permitan canalizar la ansiedad.

Por su parte, la vida de pareja puede resultar, muchas veces, un foco de conflicto y situaciones en las cuales cada parte desea hacer valer su punto de vista. En esos momentos, según la conclusión del doctor José Eduardo Abadi, médico psiquiatra y psicoanalista, "es necesario no sobredimensionar los problemas y no insistir sobre ellos a fin de evitar conductas agresivas que puedan generar alejamientos e indiferencias que, a la larga, marcan y delimitan espacios de soledad y de angustia".

Link: http://www.infobae.com/contenidos/354717-100935-0-Qu%C3%A9-le-%22dice%22-su-cuerpo-cuando-se-estresa

lunes

Ansiedad en la infancia

Cada vez más chicos sufren de ansiedad, un trastorno directamente ligado con la angustia y el temor. En un momento social marcado por la inestabilidad, la fórmula para prevenir estos cuadros tiene sabor a clásico: contención familiar, juegos, muchísimo amor

Fuente: LANACION.com

La ansiedad es un termómetro que nos da la imagen del hombre de este final de siglo”, escribía el psiquiatra español Enrique Rojas allá a fines de la década del 80. El diagnóstico no parece haber cambiado demasiado en lo que va del siglo XXI. Fobias, pánico y ansiedad generalizada –las principales formas con que se presenta este cuadro– son motivo de consulta cada vez más frecuente en los gabinetes de salud mental.

Ni siquiera los más chicos están a salvo: estudios realizados en los Estados Unidos detectaron que entre el 8 y el 10 por ciento de la población infantil y adolescente evidencia algún tipo de trastorno vinculado con la ansiedad. Si bien en la Argentina no hay estadísticas al respecto, la percepción general es que los efectos de la llamada “era del estrés” se hacen sentir entre la población infantil, en particular luego del cimbronazo económico-social de 2001. Padres muy exigentes con sus hijos o consigo mismos pueden llegar a ser el detonante de estos cuadros. Además de un mundo de por sí inestable: en Buenos Aires se registraron casos de chicos que manifestaron síntomas tras ver la cobertura televisiva de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.

Tiempos difíciles

“Ante cualquier situación de crisis, la más vulnerable es la infancia”, asegura Gustavo Finvarb, psicoanalista, especialista en psiquiatría infanto-juvenil y jefe de la Unidad de Salud Mental del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez. También dice que en la actualidad las consultas se realizan mucho más precozmente que en otras épocas. “Es que cada vez se conocen y respetan más las patologías de la infancia”, concluye.

Por su parte, el doctor Roberto Pallia, jefe del Servicio de Salud Mental Pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires, comenta: “El 2001 arrasó. Los chicos sufrieron las consecuencias en los distintos estratos sociales y familiares”.

Precisamente, si de algo se trata la ansiedad es del miedo. Por eso no es de extrañar que en situaciones de desasosiego e incertidumbre general los cuadros vinculados con esta emoción surjan o se agraven. En estos días, los especialistas detectan una mayor cantidad de casos ligados con estrés postraumático (generado por situaciones catastróficas como, por ejemplo, AMIA o República Cromañón), acoso escolar, abuso u otros tipos de violencia. “Los casos de ansiedad existieron siempre; ya los describió Freud –apunta Pallia–. Pero en los últimos años esta sensación de vulnerabilidad está más presente socialmente. Hay una vivencia de inmediatez: no era lo mismo ver algo en diferido, por televisión blanco y negro, que verlo en vivo y en directo, en crudo. El vértigo de la cobertura mediática puede afectar a un chico que está sensibilizado.”

Aunque los profesionales de la salud dan cuenta de trastornos de ansiedad incluso en bebes, los más afectados suelen tener alrededor de 10 años o ser adolescentes. Pero, atención: “La ansiedad en sí misma no es patológica”, insisten los especialistas. Y agregan: es normal que los seres humanos nos pongamos ansiosos frente a determinadas circunstancias. Lo que preocupa es que a veces la ansiedad no surge a partir de situaciones puntuales, sino que invade todas las experiencias vitales de una persona.

“Básicamente, la ansiedad es una reacción biológica y psicológica que nos permite protegernos ante una situación de peligro –afirma María José Madou, coordinadora del área infantil del Centro IMA (Investigaciones Médicas en Ansiedad)–. Genera tres tipos de respuesta: ataque, huida o parálisis”. La especialista explica que existe un desfase entre nuestra estructura orgánica –la misma que tenía el hombre de las cavernas– y el complejo universo cultural actual. Mientras nuestros antepasados tenían síntomas de estrés una vez al día, probablemente cuando salían a cazar, nosotros debemos tomar a cada rato decisiones, transitar entre todo tipo de estímulos sensoriales, adaptarnos al cambio continuo, vivir en estado de alerta casi permanente. Como si nos acechara un mamut a cada vuelta de la esquina.

Sin embargo, “el error está en pensar que somos víctimas pasivas de los estímulos –aclara Juan Manuel Bulacio, médico psiquiatra, director de la Fundación en Ciencias Cognitivas Aplicadas ICCAp–. Es verdad que la ansiedad patológica inhibe, pero la ansiedad positiva estimula, moviliza a la persona hacia el objeto deseado”. Bulacio considera que es posible desarrollar capacidades personales para enfrentar el estrés. Entre los adultos, “entender que la vida no es sólo el índice de inflación, que uno vive en determinado contexto social, pero que en su casa es dueño de cerrar la puerta y detenerse, leer un libro o escuchar música”. ¿Y en los chicos? “Jugar. Una buena preparación para la adultez es que el chico sea feliz, que juegue y cree vínculos”, concluye.

Sólo se trata de crecer

“El miedo no es zonzo”, dice el refrán popular. Y la infancia lo confirma. En su justa medida, los miedos son un factor de protección: constituyen el recurso con el que todos los niños o niñas preservan su integridad. “Son evolutivos –confirma Madou–. Que un chico empiece a tener miedo indica que se está desarrollando. Es decir, está adquiriendo conciencia acerca de su propia individualidad y recursos.” La regla de oro para los adultos que viven con él: procurar no impacientarse ni enojarse; ayudarlo a superar esa situación.

A grandes rasgos, ¿cuáles son los miedos infantiles considerados normales? Entre los 6 y 18 meses se presenta el temor a la oscuridad y lo desconocido, mientras que alrededor de los 8 meses surge la angustia frente a un extraño (“reacción que revela el reconocimiento y la individualización del rostro de la madre”, apunta María José Madou). Entre los 2 y los 7 años se manifiestan miedos a ciertos animales, monstruos o fantasmas y situaciones de soledad. Finalmente, a partir de los siete años aparecen temores ligados con el contexto social, el rendimiento escolar o deportivo y el miedo a la muerte.

En la medida en que el chico evoluciona normalmente, estos temores desaparecen o disminuyen. Pero si alguno de éstos no concuerda con el momento evolutivo, es exagerado o no guarda relación con lo real (tiene miedo de que lo agredan aunque no esté en un entorno hostil), es probable que se esté generando un trastorno de ansiedad. Los síntomas suelen estar a la vista: el muchachito o la muchachita se muestran permanentemente preocupados; tienen miedo de sacarse una mala nota, de que la mamá no los vaya a buscar a la escuela o de que algo terrible les ocurra a sus seres más queridos; se tornan irritables, somatizan (dolores de cabeza o abdominales)... También puede ocurrir que dejen de jugar o sufran trastornos en el sueño o en la alimentación. Finvarb destaca los cuatro elementos que señalan una ansiedad patológica: “Autonomía (no se relaciona con causas exteriores), intensidad (el grado de sufrimiento supera la capacidad del niño o la niña para afrontar o tolerar el malestar), conducta (aparecen incapacidades o limitaciones) y, finalmente, duración”. Pallia también alerta sobre este último punto: “Hay que prestar atención cuando los síntomas y el sufrimiento son persistentes”. O sea, si surge una dificultad que no se resuelve al cabo de unas dos o tres semanas. El factor de la duración es aplicable también a los momentos más duros: “Una crisis aguda, debida a una separación, por ejemplo, debería ceder dentro de los dos o tres meses”, asegura el profesional. Otra cuestión por considerar es si resultan afectadas al menos dos áreas de la vida del chico: si empieza a tener problemas tanto en la escuela como en sus vínculos familiares, es hora de empezar a observarlo más atentamente. Obviamente, es imposible que un niño nunca se tope con situaciones generadoras de ansiedad o algún tipo de sufrimiento. Pero si manifiesta serias dificultades para superar esos momentos críticos, es entonces necesario consultar con un especialista.

Diagnósticos y tratamientos

“En la mayor parte de los casos, la recuperación es completa –asegura el Dr. Finvarb–. Pero antes es necesario hacer un buen diagnóstico, seguir el tratamiento adecuado y lograr que la familia colabore.”

En función de cuál sea la preocupación, se define el problema. Los más frecuentes son: trastorno de ansiedad por separación, pánico, ansiedad generalizada, fobia social, fobia específica y el trastorno de estrés postraumático (ver recuadro).

Estos cuadros pueden presentarse asociados a otros, como la depresión o el déficit de atención, que ocurre en chicos desatentos, impulsivos e hiperactivos. La mirada del especialista será fundamental a la hora de discriminar e identificar correctamente los síntomas. “Muchos chicos con trastornos de ansiedad pueden ser desatentos porque están angustiados, “rumiando” su problema –describe Roberto Pallia–. Por el contrario, el hiperactivo está desatento porque no puede focalizar.”

Una vez determinado el tipo de trastorno y sus posibles detonantes, se inicia el tratamiento. En general, los especialistas coinciden en que la atención más adecuada es la que brindan los equipos interdisciplinarios, que suelen articular distintas miradas terapéuticas (psiquiatría, psicoanálisis, psicología cognitiva) e incorporar incluso técnicas ligadas con el juego y lo corporal. Se considera la posibilidad de la medicación, pero sólo en ciertos casos, cuando el sufrimiento se torna insostenible o si el pequeño paciente está estancado en un cuadro que le impide seguir con el desarrollo y la socialización adecuados para su edad.

La velocidad y profundidad de la recuperación dependerá de varios factores. Entre otros, el grado de vulnerabilidad del niño o la niña, el compromiso de los padres con el tratamiento (o su propio interés por afrontar cuestiones no resueltas que, más allá de que se verbalicen o no, son “leídas” por los chicos), las características del medio socioeconómico en el que viven. “En un 30 o un 40% de los casos la ansiedad es herencia genética –recuerda Pallia–. Pero en un 60% tiene que ver con factores ambientales: sociales, políticos y económicos.” Algo rigurosamente tangible en tiempos de migraciones, crisis del mercado laboral, reformulación de la estructura familiar tradicional. Por eso, la contención de los adultos más cercanos es fundamental para preservar la salud emocional en la decisiva etapa de la infancia. Así lo cree Juan Manuel Bulacio: “Hay que proteger al chico de los estímulos sociales que generan ansiedad. La prevención es básicamente familiar”.

Por Diana Fernández Irusta
dfernandez@lanacion.com.ar

Cuándo consultar

Es normal que un niño manifieste ansiedad frente a ciertas situaciones o en determinadas etapas de su maduración. Sólo hay empezar a preocuparse cuando:

* Los temores no están relacionados con una causa exterior.

* Las expresiones de ansiedad y miedo son tan intensas que inhiben al chico e interfieren en el desarrollo normal de su vida.

* Los síntomas y el sufrimiento son persistentes y afectan más de una esfera vital.

* El sufrimiento psíquico supera lo que el niño puede tolerar.

* Se muestran muy irritables o preocupados, lloran, nada les viene bien, somatizan (dolor de cabeza, dolor de panza).

* También puede ocurrir lo opuesto: se sobreadaptan, viven pendientes de los deseos de los otros y pierden el registro de sus propias necesidades.

Así se manifiesta

* Trastorno de ansiedad por separación: miedo de estar solo o de que algo terrible lo separe de los seres queridos; negativa a ir a la escuela; insistencia en dormir con los padres.

* Trastorno de pánico: temor a morir, sensación de estar fuera de control.

* Trastorno de ansiedad generalizada: excesivo miedo frente a situaciones de la vida cotidiana. Se expresa por medio de mal humor, fatiga y berrinches frecuentes.

* Fobia social: temor intenso a la crítica y la humillación en público. Se manifiesta con llanto, actitudes obstinadas, poca confianza en sí mismo.

* Fobia específica: terror irracional y desmedido frente a los animales, a la hora de irse a dormir, a la escuela o a la oscuridad.

* Trastorno de estrés postraumático: el chico se vio expuesto a una situación vinculada con la muerte, la violencia o una lesión grave y teme que el hecho pueda repetirse.

* Trastorno obsesivo-compulsivo: aparece el miedo de que algo “contamine” la realidad o esté fuera de lugar. El niño tiene actitudes compulsivas: se lava las manos a cada rato o repite rituales a la hora de dormir.

Link: http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/revista/nota.asp?nota_id=970523&origen=notaSig

sábado

Cómo revertir la fobia a los exámenes

Lo que hay que saber para que no sea un serio problema

Fuente: LANACION.com

“No quiero presentarme”; “sabía todo y me quedé muda”, son algunas de las frases con las que adolescentes y adultos dan expresión a un trastorno que la psicología ha definido como “fobia a ser evaluado”. Con la finalización de los ciclos lectivos de colegios y universidades, los tiempos se acortan, el nerviosismo crece y la ansiedad arrecia.

“El temor frente a un examen siempre existió. Pero ahora sabemos que si es muy severo y no se trata puede convertirse en un serio problema psicológico”, explica el doctor Juan Manuel Bulacio, director de la Fundación de Ciencias Cognitivas Aplicadas (Iccap) y jefe de la Sección de Ansiedad y Estrés del Hospital Francés.

Según el psiquiatra, ese miedo “puede formar parte de una patología ansiosa (como el trastorno de ansiedad generalizada o la fobia social) o depresiva; ser independiente de ella, como un trastorno de aprendizaje, o constituir un cuadro específico denominado «fobia a los exámenes»”.

Estas distinciones obligan a buscar señales tempranas del trastorno sin confundirlo con otros. "Esto es crucial -asegura Bulacio-, porque lamentablemente, los adolescentes casi no llegan a la consulta: van a profesores particulares. Los padres nos convocan cuando el chico ya repitió de año o se descompone antes de un examen y no lo da; es decir, cuando ya hay una evitación constante de la situación fobígena."

Pero no rendir un examen no es la única forma de escapar de la sensación de ser evaluados que tienen estos sujetos. Bulacio explica que "una modalidad de escape muy habitual es no estudiar nada: al no tener ninguna expectativa, no hay ansiedad".

Otra forma que adopta esta fobia es la de la inhibición. Es el caso del chico que "se sabe todo, pero cuando llega al examen, la ansiedad lo arrasa, se bloquea y no puede responder nada", refiere el especialista.

La licenciada Laura Coccia, secretaria de la comisión directiva de la Asociación Ayuda para el Tratamiento de los Trastornos de Ansiedad, explica que los dos signos de alerta que deben motivar a los padres a una consulta son por un lado, "la evitación: "corre la fecha" del examen, se enferma ese día, etcétera, y por otro, cuando sí va a rendir, pero la mente se le queda en blanco y le va mal".

La mirada de los otros

Contra lo que se supone, no todos los que padecen fobia a los exámenes son tímidos. "El tímido en general siente la amenaza en relación a sus pares -explica el doctor Bulacio-. En cambio, en la fobia a los exámenes el temor es a ser evaluado por la autoridad. Pero muchos tímidos tienen muy buena performance académica."

Tampoco es siempre cierto que "se ponen nerviosos, porque no saben", porque "la ansiedad proviene de la percepción subjetiva de lo que saben, que siempre es negativa".

En esta fobia el miedo es mayor en los exámenes orales, sobre todo en los casos de ansiedad social, en los que el temor a hablar en público suele ser la continuación adulta de esta fobia. Pero "en los pacientes obsesivos - refiere la licenciada Coccia- el bloqueo se da con los tests tipo múltiple choice, que se desesperan al no poder decidir entre respuestas muy similares".

Quienes padecen esta fobia tienen características comunes: altas exigencias con respecto a sus estándares personales, perfeccionismo, preocupación desmedida por los errores y gran vulnerabilidad a las críticas. Como bajo este trastorno se ocultan déficits de autoestima, Bulacio recomienda a los padres que fomenten en sus hijos el la confianza, la percepción de la eficacia de sus acciones y el juicio crítico.

"Esto no sucede -estima el psiquiatra- si un padre refuta o descalifica las opiniones de su hijo. Nuestras opiniones son para ellos mucho más valiosas que lo que creemos."

Por su parte, la licenciada Coccia asegura que los padres deben "desdramatizar la situación de estudio, no estarles encima, pero sí organizarles el horario y la forma de estudiar para que estudien sólo cuando están concentrados".

Recursos personales

En el Iccap, este trastorno se aborda en programas de ocho encuentros, en los que se trabaja la valoración de la situación, el desarrollo de recursos personales como la oratoria. "La idea es que salgan de la autoobservación que los paraliza, porque siempre es negativa, y se concentren en el estímulo externo: el objeto de estudio."

También se identifican las situaciones que provocan respuestas neurovegetativas (sudoración, taquicardia), se las imagina, se las reproduce y se las controla con técnicas de relajación y respiración, entre otras.

En la Asociación Ayuda para el Tratamiento de los Trastornos de Ansiedad (con un enfoque también cognitivo conductual), Coccia utiliza las sesiones individuales para reconstruir la idea del significado del examen, las creencias erróneas acerca de cometer errores y se realizan diferentes tareas.

"Por ejemplo -explica la psicóloga-, hacemos que preparen parte de lo que tienen que estudiar, y cuando lo aprendieron viene un terapeuta que hace de docente y les toma el examen."

El trastorno puede revertirse -a veces, con ansiolíticos en una primera etapa- en un plazo que va de los seis meses a los dos años.

Por Florencia Bernadou
Para LA NACION

Link: http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=971266&origen=premium

miércoles

Estimulantes para déficit atención causarían síntomas cardíacos

Fuente: BuenaSalud.com

NUEVA YORK (Reuters Health) - El uso de estimulantes en niños y adolescentes con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) causaría un aumento en la cantidad de consultas de emergencia o visitas médicas por síntomas cardíacos, indicó un estudio realizado en Estados Unidos.

No obstante, son raros los casos de muerte o complicaciones cardíacas graves como consecuencia del consumo de esos medicamentos.

Los fármacos para el TDAH, como Adderall y Ritalina, elevan la presión y el ritmo cardíaco.

En el 2006, el Comité Asesor para la Seguridad de los Fármacos de la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA) recomendó la advertencia de "caja negra", la más alta que otorga la FDA, para alertar sobre los riesgos cardiovasculares de los estimulantes para tratar el TDAH.

Sin embargo, el Comité Asesor Pediátrico de la FDA no coincidió con la decisión y sugirió que la advertencia no tenía fundamentos, según la probada efectividad de los fármacos y la debilidad de la evidencia de los daños que causan.

Los estudios formales disponibles sobre los riesgos "son obsoletos debido a la escasa información de seguridad a largo plazo, la creciente prevalencia del uso de estimulantes y la evidencia basada en anécdotas de los efectos adversos graves", escribió el equipo dirigido por la doctora Almut G. Winterstein en la revista Pediatrics.

Los autores analizaron datos de 55.383 chicos de Florida de entre 3 y 20 años, que tenían TDAH. El 59 por ciento tomó un estimulante durante el transcurso del estudio (1994-2004).

Los niños que tomaban estimulantes del sistema nervioso central eran un 20 por ciento más propensos a visitar una sala de emergencias o el consultorio médico con síntomas cardíacos, como el aumento de los latidos, que los niños que nunca habían utilizado o que habían abandonado el tratamiento, halló el equipo.

Con todo, las tasas de muerte o las internaciones por cardiopatías graves no fueron distintas a las de la población general.

Dado que entre 3 y 4 millones de chicos toman estimulantes para controlar los síntomas de TDAH, el equipo aseguró que se necesitan estudios con seguimientos a largo plazo para determinar las consecuencias del consumo crónico de estimulantes en la niñez sobre la enfermedad cardíaca en la edad adulta.

Link: http://buenasalud.com/news/index.cfm?news_id=12844&mode=browse

martes

Los peligros de un corazón roto

María Elena Navas
BBC Ciencia

No sólo es tema de poemas o canciones, sí es posible morir por la desolación que causa un corazón roto.

Un estudio científico afirma que la gente que sufre la pérdida de un ser querido tiene hasta 20% más riesgo de morir.

Según los investigadores de la Universidad de Utrecht, en Holanda, el dolor psicológico causado por una muerte cercana juega un papel muy importante.

Los expertos afirman que la gente que pierde a su pareja, por ejemplo, a menudo adopta hábitos poco saludables como una dieta insana o tabaquismo.

De hecho, afirma el estudio publicado en la revista médica The Lancet, para los viudos (hombres), el mayor riesgo de muerte está relacionado al consumo de alcohol y a la pérdida de su única confidente.

Esto se debe a que a menudo es la esposa quien llevaba el control del régimen de salud.

Para las viudas el panorama no es tan claro pero los investigadores creen que la intensa soledad y el dolor psicológico causado por la pérdida puede desempeñar un papel muy importante.

Estudios previos han demostrado que el dolor psicológico puede causar cambios físicos en el cuerpo, ya que las hormonas del estrés pueden trastornar los procesos del organismo.

"Este hecho es bastante común en gente muy mayor" dijo a BBC Ciencia la psicóloga Diana Liberman, fundadora del Centro de Recuperación Emocional de la Pérdida y autora del libro "Es hora de hablar del duelo".

"Con una persona que ha convivido durante 40 años o más con otra persona, es muy común que al poco tiempo de la pérdida aparezca una enfermedad o alguna muerte súbita", agrega la experta.

Duelo

Los científicos analizaron varios estudios publicados sobre los riesgos que puede sufrir una persona con el corazón roto.

El objetivo era analizar la relación entre la muerte de un ser querido y la salud física y mental.

Según los autores, el sufrimiento no es una enfermedad y la mayoría de la gente es capaz de ajustarse a éste sin intervención psicológica profesional.

Sin embargo, descubrieron que la pérdida un ser querido puede estar asociada a un mayor riesgo de mortalidad, particularmente en las primeras semanas y meses después de la muerte.

Los hombres tienen mayor riesgo cuando sufren un "corazón roto". El estudio encontró que los hombres tenían 21% más probabilidad de morir después de la muerte de su esposa.

Las viudas mostraron 17% más riesgo de morir tras la pérdida del esposo.

Los hombres que pierden a la mujer también tienen tres veces más probabilidades de suicidarse.

Las viudas, sin embargo, no mostraron mayor riesgo de suicidarse.

Otro estudio publicado en 2003 muestra que los padres tienen un mayor riesgo de suicidio tras la muerte de un hijo.

Entre más joven es el hijo, el riesgo es mayor y es particularmente alto en los primeros 30 días de duelo.

Según Diana Liberman, también es común ver a personas que tienen que recuperarse de la pérdida de dos seres cercanos.

"Yo he trabajado con jóvenes que vienen a recuperarse de la muerte de una hermana, por ejemplo, y al poco tiempo pierden al padre", afirma.

Consecuencias

Los científicos afirman que este riesgo está asociado al menoscabo de la salud física, que se manifiesta en el presencia de síntomas y enfermedades, y a la reducción en el uso de los servicios médicos.

Está comprobado que poder hablar del duelo atenúa el dolor, calma y permite que la gente pueda lograr, si no una vida intacta, sí lo más parecido a una vida normal
Diana Liberman, psicóloga

Los autores afirman que en el estudio encontraron patrones "consistentes".

Esto, afirman, permite llegar a la conclusión de que "la mortalidad por el sufrimiento causado por una pérdida puede atribuirse en gran parte al llamado "corazón roto".

Hay factores que incrementan la vulnerabilidad de una persona que sufre un corazón roto, explican los investigadores.

Por ejemplo, la circunstancias de la muerte, la forma de aceptar la pérdida y otros factores personales.

"Es por eso que cuando ocurre la muerte de un hijo -dice Diana Liberman- el padre debe tener un espacio y una posibilidad de hablar del duelo y de lo que perdió".

"Porque de lo contrario, esto tendrá como consecuencia una enfermedad física o una muerte súbita", explica la experta a BBC Ciencia.

Lo principal, dice Diana Liberman, es que la gente hable del dolor que siente o busque alguna intervención psicológica.

"Lo que complica el duelo y lo que puede llevar a la enfermedad o la muerte es no hablar del duelo".

"Está comprobado que poder hablar del duelo atenúa el dolor, calma y permite que la gente pueda lograr, si no una vida intacta, sí lo más parecido a una vida normal", afirma la experta.

Link: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_7136000/7136183.stm

sábado

Son comunes desórdenes alimenticios en jóvenes diabéticas

Fuente: FRONTERA.info

NUEVA YORK, Nueva York(Agencias)

Existe una alta prevalencia de malas conductas y desórdenes alimenticios entre las jóvenes que padecen diabetes tipo 1, indicaron investigadores canadienses.

Los científicos también descubrieron que los problemas con la comida en estas pacientes comienzan a edad temprana y se mantienen en el tiempo.

En un informe publicado en la revista Diabetes Care, el equipo de la doctora Patricia A. Colton, de la University Health Network, en Toronto, Ontario, dio a conocer los resultados de un estudio de cinco años de duración sobre problemas alimenticios en chicas con diabetes tipo 1.

Al inicio de la investigación, se observó una mayor tasa de malas conductas alimenticias en 126 diabéticas tipo 1 de entre 9 y 13 años que en un grupo de pacientes sin la enfermedad metabólica: Un 8 frente a un 1%.

Tras el seguimiento de cinco años, 98 chicas diabéticas seguían en el estudio. El promedio de edad era de 11.8 años al comienzo y de 16.5 años al final de la investigación.

El equipo de Colton halló que 48 de las 98 niñas (el 49%) aún tenían problemas de conducta alimenticia.

Específicamente, 43 de las 98 chicas informaron que habían restringido su alimentación, seis dijeron experimentar atracones, tres notificaron haberse inducido vómitos y 25 dijeron haber hecho ejercicio intenso y excesivo para controlar su peso.

Otras tres niñas dijeron que salteaban las dosis de insulina.

Un total de 13 pacientes cumplían los patrones de desórdenes alimenticios.

Los autores indicaron que los niveles de glucosa en sangre no eran mayores en las pacientes con conductas alimenticias anormales (un 8.7 frente a un 8.4%).

No obstante, se observó una tendencia a mayores niveles de azúcar entre las niñas con desórdenes alimenticios, comparadas con las personas que no padecían esas condiciones (un 9.1 frente a un 8.5%).

"Los problemas con la comida en el comienzo del estudio, en los años de la preadolescencia, solían persistir en el tiempo. El 92% de las niñas con inconvenientes con la comida detectadas al inicio de la investigación siguieron informando problemas alimenticios luego de su adolescencia", señaló Colton en una entrevista con Reuters Health.

"Este estudio contribuye a entender mejor la relación muy cercana entre la salud física y la salud mental en las personas con diabetes", añadió la autora.

Link: http://www.frontera.info/EdicionEnLinea/Notas/VidayEstilo/07122007/277142.aspx

jueves

El cerebro pierde coordinación con los años: estudio EEUU

CHICAGO (Reuters) - ¿Olvidó dónde puso sus llaves? ¿O dónde dejó su auto?

Si tiene más de 60 años, se trataría de una consecuencia más del envejecimiento, informaron investigadores estadounidenses en un estudio que sugiere que las estructuras cerebrales de las personas saludables se deterioran con la edad.

La investigación, publicada en la revista Neuron, forma parte de los esfuerzos de expertos de la Universidad de Harvard por comprender la diferencia entre el deterioro mental normal, relacionado con la edad, y las insuficiencias clínicas.

"Estamos tratando de entender el límite de esa frontera entre el envejecimiento normal y la enfermedad de Alzheimer," dijo Randy Buckner, profesor de Harvard e investigador del Instituto Médico Howard Hughes, quien trabajó en el estudio.

El equipo de Buckner realizó controles cerebrales a 55 adultos de 60 años o más y a 38 jóvenes de 35 años o menos.

Los investigadores usaron una técnica de toma de imágenes llamada tomografía por emisión de positrones (TEP) para detectar la presencia de amiloide, un químico relacionado con la enfermedad de Alzheimer, para descartar a los pacientes cuyo deterioro mental estaba ligado a la dolencia.

El equipo reveló que algunos sistemas cerebrales pierden coordinación con la edad. "Parece que es un efecto normal del envejecimiento, independiente de la enfermedad de Alzheimer," dijo Buckner en una entrevista telefónica.

Los investigadores hallaron que la materia blanca del cerebro, encargada de transportar información entre las diferentes regiones cerebrales, estaba deteriorada sólo en el grupo de pacientes mayores.

Buckner dijo que el estudio sugiere que el deterioro cognitivo con la edad estaría vinculado con problemas de comunicación entre las distintas regiones del cerebro.

"Estamos hablando de un efecto que es progresivo en las últimas décadas de la vida," expresó el autor.

Sin embargo, no todas las personas experimentarían el mismo grado de deterioro, lo que explicaría por qué algunos pacientes con Alzheimer sucumben rápidamente y otros lo hacen más lentamente.

(Editada en español por Ana Laura Mitidieri)

Link: http://www.terra.com/noticias/articulo/html/act1061908.htm

martes

Ejercicio puede potenciar un antidepresivo natural del cerebro

Por Amy Norton

NUEVA YORK (Reuters Health) - El ejercicio físico aumentaría la producción natural de una sustancia química en el cerebro que provocó efectos antidepresivos en ratones, informaron investigadores el domingo.

Los resultados, publicados en Nature Medicine, identifican nuevas vías potenciales para tratar la depresión en seres humanos.

Estudios previos hallaron que el ejercicio alivia los síntomas depresivos, pero se desconocen las causas. Para el nuevo estudio, científicos estadounidenses utilizaron una herramienta llamada microarray (biochip) para analizar cómo el ejercicio alteraba la actividad de los genes en el cerebro de ratones.

El equipo se concentró en el hipocampo, una región que regula el estado de ánimo y la respuesta cerebral a los antidepresivos.

Los investigadores hallaron que los ratones que habían completado una semana de ejercicios sobre una rueda para correr tenían alteraciones en la actividad de 33 genes, la mayoría de los cuales nunca se había identificado antes.

El ejercicio mejoró especialmente la actividad en el gen de un factor de crecimiento nervioso llamado VGF. Los factores de crecimiento nervioso son proteínas pequeñas muy importantes para el desarrollo y el mantenimiento de las células nerviosas.

Asimismo, cuando los investigadores inyectaron en el cerebro de los animales una versión sintética de VGF, la sustancia provocó "un efecto antidepresivo muy fuerte" durante pruebas bajo situaciones estresantes.

"El hallazgo más importante es que identificamos un factor clave que potencia los efectos antidepresivos del ejercicio; esta información podría utilizarse para desarrollar nuevos agentes terapéuticos", dijo el investigador senior doctor Ronald S. Duman, de Yale University, en New Haven, Connecticut.

"Claramente, [el ejercicio] tiene efectos sobre el cerebro", indicó a Reuters Health, y son directos e indirectos. Es posible, explicó, que estos resultados describan un efecto directo del ejercicio sobre las células nerviosas en el hipocampo, o bien cambios más generales en el cerebro, como una mayor circulación sanguínea o actividad hormonal.

Además de respaldar aún más los beneficios del ejercicio, los resultados señalan al VGF como un objetivo de nuevos antidepresivos, opinan los autores. Esos fármacos, destacan, actuarían por un mecanismo totalmente distinto al de los antidepresivos disponibles, que son efectivos en un 65 por ciento de los pacientes.

FUENTE: Nature Medicine, online 2 de diciembre del 2007.

Link: http://www.buenasalud.com/news/index.cfm?news_id=12776&mode=browse&fromhome=y

lunes

La fiebre podría suavizar el autismo en niños, según un estudio

La elevación de la temperatura corporal podría ir devolviéndoles la capacidad de interactuar y sociabilizar

Fuente: ElComercio.com

Chicago (Reuters).- La fiebre puede desbloquear temporalmente el autismo en los niños, un hallazgo que podría arrojar luz sobre los orígenes del trastorno y dar pistas para su tratamiento, dijo el lunes un grupo de investigadores.

Al parecer, la fiebre restablece las comunicaciones entre células cerebrales en zonas del cerebro autista, devolviendo al niño la capacidad de interactuar y socializar durante la fiebre, según el estudio.

"Los resultados de este estudio son importantes porque nos muestran que el cerebro autista es plástico, o capaz de alterar las conexiones actuales y formar otras nuevas en respuesta a diferentes experiencias o condiciones", dijo el doctor Andrew Zimmerman, neurólogo pediátrico del Instituto Kennedy Krieger de Baltimore, uno de los autores del estudio.

El estudio, publicado en la revista Pediatrics, se basó en 30 niños con autismo de entre 2 y 18 años que fueron observados durante y después de una fiebre de al menos 38 grados centígrados.

Más del 80% de los que tuvieron fiebre mostraron algunas mejoras en su comportamiento y un 30% tuvo mejoras drásticas, según los investigadores. El cambio involucraba, por ejemplo, períodos de concentración más largos, más habla, mejor contacto visual y mejores relaciones con adultos y otros niños en general.

Según el equipo de Zimmerman, el efecto de la fiebre había sido notado de forma anecdótica antes por padres y médicos.

Lee Grossman, presidente ejecutivo de la Sociedad de Autismo de Estados Unidos, dijo que lo había observado en su propio hijo, que ahora tiene 20 años. Grossman resaltó en una entrevista que los autores del trabajo habían dicho que se requería un mayor estudio sobre el efecto de la fiebre y sus implicaciones. "Es bueno que se hayan dado cuenta de esto y lo estén llevando más lejos", dijo.

Las personas con desórdenes del espectro autista sufren varios grados de limitación en la interacción social, falta de comunicación verbal y no verbal y otras habilidades. No se sabe qué es lo que causa la enfermedad.

Según Zimmerman, aunque en la actualidad no existe un tratamiento médico definitivo, la terapia de lenguaje y expresión, iniciada tan pronto como sea posible después del diagnóstico, puede ser significativamente importante.

Zimmerman consideró la investigación sobre la fiebre, liderada por su colega Laura Curran, "una pista emocionante" que podría ayudar a encontrar el camino a un tratamiento que reconectara el cerebro autista. Se cree que los efectos de la fiebre se producen sólo en niños, cuyos cerebros son más plásticos que los de los adultos, explicó el neurólogo.

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