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Hostilidad, ira, depresión y enfermedades cardíacas

Es la conclusión de una investigación de diez años entre veteranos de guerra.

CLARIN.com

UN NUEVO ESTUDIO REFUERZA LA IDEA DE QUE LAS SITUACIONES DE ESTRES EMOCIONAL SON NOCIVAS PARA EL CUERPO

Valeria Román

Un consejo popular dice que hay que contar hasta 10 cuando una furia interior está a punto de liberarse. Aunque controlarse cueste demasiado, habrá que hacerle caso porque más investigaciones científicas demuestran que los ataques de ira y hostilidad aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

La nueva evidencia surge a partir de un estudio realizado en el Centro Médico de la Universidad de Duke, de los Estados Unidos, en 313 veteranos de la guerra de Vietnam que se encontraban sanos. Al monitorear su salud, se encontró que la ira, la hostilidad y la depresión conducían a subir el riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes e hipertensión.

Hicieron un seguimiento de los participantes en el estudio durante 10 años. Les hicieron exámenes físicos regulares, que incluyeron varias pruebas médicas. Y también los sometieron a evaluaciones psicológicas a través de cuestionarios estandarizados que permitían determinar los niveles de hostilidad, ira y depresión.

¿Cómo llegaron a los resultados? Los científicos midieron un parámetro: los niveles de la proteína C3 en la sangre, que indican la inflamación de las arterias coronarias, un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular.

Controlaron otras variables y hallaron que el 25% de los participantes con mayores niveles de ira, hostilidad y depresión tenían un aumento significativo y constante en los niveles de la proteína C3. En cambio, en el 25 % de los veteranos con menos niveles de ira, hostilidad y depresión, no se registraron cambios.

Hasta el momento, se desconoce con certeza por qué los niveles de la proteína C3 se van por las nubes a partir de un ataque de ira. Pero los científicos, liderados por Stephen Boyle, estiman que la ira dispara una serie de reacciones químicas en el sistema inmune que terminan produciendo la inflamación.

Según le dijo Boyle al diario The New York Times, la inflamación (indicada por los niveles de la proteína en la sangre) pone en riesgo a los hombres de hipertensión, diabetes y enfermedad de las arterias coronarias. Señaló que es mejor controlar los niveles de enojo.

"No sé si los efectos a largo plazo sobre la fisiología fueron testeados, pero si usted está menos enojado y hostil, es una meta valiosa en sí misma", afirmó Boyle, quien publicó el estudio en el número de agosto de la revista especializada Brain, Behavior and Inmunity.

En enero pasado se había difundido otro estudio científico que determinó que expresar la ira hacia otras personas u objetos parece ser el aspecto más "tóxico" en el caso de las mujeres: aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular. Ese trabajo se hizo con 936 mujeres, entre los años 1996 y 2000. Fue publicado en Journal of Women's Health por investigadores de la Universidad de California, en Los Angeles, entre otros.

Consultada por Clarín, la investigadora en psicología del Conicet y profesora emérita de la Universidad de Buenos Aires, Martina Casullo, opinó que las asociaciones entre ira, hostilidad y depresión y enfermedades cardiovasculares forman parte de "la oda de la psicocardiología". "Ahora la medicina está más dispuesta a considerar los factores sociales y psicológicos que inciden en las enfermedades. Las cuestiones de salud no sólo son patrimonio de los médicos".

http://www.clarin.com/diario/2007/08/15/sociedad/s-03415.htm

Pacientes vulnerables

"Ya no se habla de corazones enfermos, sino de pacientes vulnerables. Los condicionantes sociales, como vivir en barrio pobre o la inestabilidad económica de un país, aumentan el riesgo cardiovascular", dijo el cardiólogo Jorge Tartaglione. "El nuevo estudio, de la Universidad de Duke, demuestra que la ira, la hostilidad y la depresión también pueden producir inflamación en las arterias".