sábado

La muerte de la mascota, como la de un familiar

Puede causar igual angustia que el fallecimiento de un ser querido

Sebastián A. Ríos
LA NACION

"La muerte de Mara no sólo me trajo un dolor y una angustia enormes, sino también la preocupación por el dolor de mi mujer y la necesidad de contenerla, ya que ella tenía un vínculo muy maternal con Mara", cuenta Alfredo, de 37 años.

Mara, una cariñosa rottweiler, era un integrante más de la familia que forman Alfredo y Silvia, y su pérdida fue vivida como tal. "Fue como si se hubiera muerto un hijo", asegura Alfredo, al recordar las vivencias posteriores al 23 de diciembre último, en que Mara debió ser sacrificada.

El impacto emocional que tiene la muerte de una mascota en sus dueños puede ser tan significativo como el que causa la muerte de un familiar, concluyeron psicólogos de la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos, que revisaron la bibliografía existente sobre cómo reaccionan las personas ante la pérdida de un animal querido.

En otro estudio, en el que se evaluó a personas que habían experimentado la muerte (natural o por eutanasia) de una mascota, investigadores del Departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Hawai, Estados Unidos, hallaron que en un 30% de los casos el dolor duró seis meses o más, y que en un 12% de los casos la pérdida fue vivida como un evento severamente traumático de la vida de las personas.

"Los animales de compañía proveen apoyo, amor y lealtad, que van mucho más allá de cualquier medición empírica -escribieron los investigadores de la Universidad de Nuevo México, cuyas conclusiones fueron publicadas en la revista especializada Perspectives in Psychiatric Care -. Debido a estas inmensas contribuciones, la muerte, pérdida o robo de un animal querido se convierte en el final de una relación especial, lo que puede dar lugar a uno de los momentos más difíciles de una persona."

"Desafortunadamente, la pérdida de una mascota no es reconocida en forma cabal por los amigos, los conocidos y los compañeros de trabajo como una ocasión significativa o auténtica para realizar un duelo", afirmó el doctor Paul T. Clements, uno de los autores de la citada revisión.

"Cuando la persona que uno ama muere, es natural sentir tristeza, expesar dolor y esperar que los amigos y los familiares provean a uno comprensión y traten de reconfortarlo. Desafortundamente, lo mismo no siempre ocurre cuando muere un animal de compañía", puede leerse en el sitio web de la Sociedad Humana de los Estados Unidos ( www.humansociety.org ), la organización protectora de animales más gran de ese país.

"Muchos consideran que ese dolor es inapropiado para alguien que ha perdido sólo una mascota."

Pero incluso a veces una mascota puede ser mucho más que una mascota, advierten los especialistas. Cada vez es mayor el número de familias que eligen no tener hijos o de personas que evitan relaciones de pareja, y que generan relaciones muy profundas con los animales que tienen a su cuidado.

En cualquier caso, afirmó el doctor Clements, "es importante proveer un ambiente de aceptación y comprensión para los dueños de animales que se encuentran atravesando un duelo, para mejorar, de esa forma, los esfuerzos de adaptación al dolor y al duelo".

Ver nota completa